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Los participantes presenciaron un sistema ecológico de depuración de aguas utilizado para el riego de los cultivos.
Promover la calidad de las aguas y contribuir a la producción de hortalizas inocuas y salubres para su consumo, fue el objetivo del taller desarrollado por el Centro de Inocuidad Alimentaria (CIA) de la Universidad de Talca en conjunto con el programa Prodesal de la comuna de Quinta de Tilcoco.
La actividad, se enmarcó en el proyecto denominado “Transferencia sistemas para descontaminación de agua de riego” que actualmente desarrolla el CIA en la VI región, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) de la Región de O´Higgins.
En la oportunidad, más de treinta asistentes visitaron en terreno un sistema ecológico de depuración de aguas para riego y recibieron una charla sobre el uso y aplicación de este sistema dictada por el ingeniero agrónomo, Eddie Guerra. La iniciativa también contó con la participación del relator Diego Velásquez, quien se refirió a Inocuidad Alimentaria.
“Esta actividad se enmarca en un proyecto que tenemos en conjunto con la Universidad de Talca que busca generar transferencia tecnológica que ayude a los pequeños productores agrícolas a tener acceso a nuevas tecnologías como el biofiltro que los ayudarán a descontaminar las aguas”, señaló Alfredo Valenzuela, coordinador del programa Prodesal de Quinta de Tilcoco.
El profesional recalcó que esta iniciativa también permitió tener conocimientos sobre los principales elementos contaminantes de los alimentos y concientizar a los pequeños agricultores sobre la importancia de la Inocuidad Alimentaria
“Esta actividad me pareció muy interesante y novedosa sobre todo lo relacionado con el tratamiento de las aguas que es un problema que nosotros combatimos diariamente”, indicó Jorge Quinteros, agricultor de la zona.
AGUAS CONTAMINADAS
En la oportunidad, se presentaron algunos ejemplos de los resultados de las muestras de agua que se aplicaron en estas localidades para evaluar la calidad del agua utilizada para fines de riego, de las cuales más de la mitad presentan altos niveles de contaminación.
“Nuestra intención es mejorar la calidad de las aguas en el marco de una producción inocua de los alimentos en la región de O’Higgins”, señaló Ana Karina Peralta, directora del Centro de Inocuidad Alimentaria. La académica, experta en seguridad y salubridad alimentaria, precisa que actualmente existe un desconocimiento generalizado por parte de los agricultores respecto a la calidad microbiológica del agua de riego utilizada en sus cultivos.
La profesora de la Universidad de Talca, recalca que frente a los altos índices de contaminación de las aguas de riego, se hace vital generar un sistema de control o monitoreo periódico, además de la incorporación de tecnología o filtros que permitan mantener la calidad de las aguas de manera permanente, contribuyendo a disminuir el riesgo para los consumidores.